La mili

Hasta la abolición del servicio militar obligatorio, Crevillent fue un suministrador eficiente de jóvenes para el ejército. La conocida popularmente como “mili” todos los años se llevaba a nuestros “quintos” a lugares más o menos lejanos de la geografía del Estado y de sus colonias de África y Ultramar.

En tiempos libres de conflictos armados, la milicia era un período de separación forzosa del hogar familiar del que muchos de nuestros muchachos nunca se habían apartado. Esta separación no tenía ninguna ventaja práctica, ya que, si bien es cierto que permitía la alimentación gratis del soldado, también privaba a la casa de los ingresos que un hombre, en la flor de la vida, podía aportar con su trabajo a las economías domésticas, muy mermadas.

Lo que se procuraba reflejar en aquellas fotos de los soldados, cuando posaban ante la cámara para enviar un recuerdo a la familia o a la novia, eran los valores de patriotismo, virilidad, compañerismo y de iniciación al mundo adulto de los hombres, valores que eran atribuidos al servicio militar por la propaganda del estado y del ejército y por la propia mentalidad de la época.

Aquellas fotos individuales en estudio de los jóvenes soldados con los decorados que se utilizaban en las casas de fotografía, con las vestimentas militares y la marcialidad y la elegancia que se quería imprimir en las poses, conseguían un aire similar al de los recuerdos familiares, personales o de pareja. 

A través de estas fotos puede observarse también muy bien la evolución de la indumentaria militar a lo largo del siglo XX. Aparte de estas, están las fotografías in situ en los campamentos que reflejan momentos de la vida de las guarniciones castrenses, mucho más informales, distendidos y espontáneos.

Sin embargo, el hecho de saber que, en tiempos de guerra, la juventud fotografiada con uniformes y armas debía convertirse en carne de cañón, añade al conjunto de estas fotos un aire de nostalgia y tristeza que nos puede hacer contemplar las imágenes con el pensamiento puesto en el dolor de las familias que recibían la noticia de la muerte de un hijo.

De hecho, por transmisión oral, hemos llegado a tener conocimiento de crevillentinos muertos en el campo de batalla desde la Guerra de Cuba, concluida en 1898. También hemos llegado a tener noticias del clima de descontento popular durante la Guerra de África o Guerra del Rif (1920-1926), debido a que las tropas que se enviaban a combatir la insurrección del Magreb eran de reemplazo, reclutadas obligatoriamente, y los jóvenes de clase alta podían pagar para librarse de ir, mientras que los pobres no se escapaban.

Las fotografías más antiguas mejor documentadas que podemos aportar de un crevillentino en la milicia son la de un joven de apodo Balitxa, parece ser un retrato oficial de reclutamiento durante el conflicto de Cuba, la de José Macià Mas, el Brufau, también soldado en dicha guerra i la de José Ruíz Ródenas, el Tomata, que sirvió en Filipinas. A partir de aquí os mostramos una gran variedad de fotos de soldados tomadas en estudio, en el campamento y en el campo de maniobras.

La juventud crevillentina, en la flor de la vida, preparada para formar parte de la maquinaria de guerra.

Aquellas fotos individuales en estudio de los jóvenes soldados con los decorados que se utilizaban en las casas de fotografía, con las vestimentas militares y la marcialidad y la elegancia que se quería imprimir en las poses, conseguían un aire similar al de los recuerdos familiares, personales o de pareja. 

A través de estas fotos puede observarse también muy bien la evolución de la indumentaria militar a lo largo del siglo XX. Aparte de estas, están las fotografías in situ en los campamentos que reflejan momentos de la vida de las guarniciones castrenses, mucho más informales, distendidos y espontáneos.

Soldado crevillentino que participó en la guerra de Cuba. Se trata de José Maciá Mas, de apodo Brufau.

José Ruíz Ródenas, de apodo el Tomata. Sirvió con el general Primo de Ribera, era su barbero. Fue soldado en la guerra de Filipinas. Foto hecha en Manila.

Foto oficial de reclutamiento para la guerra de Cuba hecha en Madrid, casa “La Fotografía Americana”. Se trata de un joven de apodo Balitxa.

Típica foto de estudio que el recluta se hacía para la familia, con el uniforme tropical de la guerra de Cuba.

Pose marcial de un soldado con un telón de fondo simulando el Norte de África.

Detalle de un soldado con mostacho (típico de la época), y la cadena de plata del reloj de bolsillo colgando de la camisa.

Una pose fingida: el soldado herido con la bandera, y un curioso botijo a los pies, es atendido por una solícita y sonriente enfermera.

En las campañas de África, foto de camaradería en el campamento de Kaddur, en Marruecos; el crevillentino sentado encima de un tonel, con un cigarrillo y una carta en las manos.

Todo un regimiento en el patio de los cuarteles.

Soldados con el uniforme del ejército republicano.

Soldados con el uniforme marroquí, con chilaba y gorro moro.

Otra foto enviada a casa desde la mili, en Melilla, el año 1949.

Crevillentinos haciendo la mili en Sidi Ifni, a principios de la década de los cincuenta.

Soldados de artillería con alpargata en mano. Sidi Ifni.

El cocinero crevillentino con los peroles, en Sidi Ifni.

De maniobras por el desierto, con ametralladora.

Soldados posando en un campo de aviación.

Desfile de marineros en Cartagena.

Soldado con su amada paseando por el Puerto.

Soldado con su amada paseando por el Puerto.

Soldados del cuartel militar de Rabasa (Alicante) en la Semana Santa crevillentina.